miércoles, 24 de agosto de 2011

La basura es mejor tirarla

El otro día estuve haciendo limpieza en mi habitación, pero no de limpiar propiamente dicho, si no del otro tipo, de estas en que te dedicas a revolver el baúl de los recuerdos para tirar chismes inservibles, que no hacen más que acumular polvo y ocupar espacio. Y, aparte de darme cuenta de que tenía más trastos de los que pensaba, y descubrir que soy tremendamente nostálgica, también me hizo pensar sobre algo.
Me topé con una preciosa cajita, repleta de cartas y tarjetas de cumpleaños. VÍ que, aunque no los mismos, siempre he estado rodeada de amigos, y siempre he sido muy querida. Esto parece algo bueno, y no es que no lo sea, pero leyendo esas cartas me di cuenta de que las palabras no valen nada, y de que después de 7 años, solo conservo a mi lado a una de aquellas personas. Irónicamente, aquella con la que más he discutido y menos nos hemos entendido. Me dio mucha pena una tarjeta en concreto, una de las que entonces se hacían llamar mis amigas… tres chicas que me escribían lo importante que era en sus vidas, especialmente una, que al emigrar, emigró también sus amistades. De las otras dos… bueno, lo cierto es que siempre tuve mis reservas hacia ellas, no me gusta la gente opaca, probablemente se alejaron por conveniencias de la vida.
Pero no solo las palabras mienten, recientes acontecimientos me han demostrado que también los actos son capaces de mentir, que hasta las sonrisas pueden fingirse, y que la falsedad de las personas, que es lo que más aborrezco y desprecio, puede no tener límites.
Y para a quien mi escrito pueda parecerle exagerado, le diré algo, y es que, que a mí me resulte rastrero y despreciable que haya gente así, no es una sensación sólo mía. En la historia, los grandes pensadores los han denigrado. Dante Alighieri los colocó en el infierno, en su Divina comedia, detrás de los indiferentes, pues una persona falsa, en cuyos actos y palabras no puedes creer… sencillamente no vale nada. Y, de la Edad Media, al siglo XXI, Frank-T dice en uno de sus versos: “nada mejor que tener a alguien de quien fiarse, y aún de eso, y muy de cerca, hay que fijarse”.
Y es que es cierto, hoy día parece quedar muy poca gente integra. Por eso, cuando encuentres un amigo de verdad, pese a que tengáis diferencias inevitables, no los eches a perder, cuídalos como a un tesoro, porque es lo que son.
¿Qué es lo que le pasa al mundo? ¿Qué se gana fingiendo ser quien no se es? ¿Tener un círculo de conveniencia? ¿Llevarte bien con quien un día podrá serte útil…?
Realmente no entiendo cómo se puede llegar a ser tan rastrero, y tonto, he de añadir, pues al final, el tiempo siempre pone a cada uno en su lugar y se acaba viendo todo.
“Haz bien y no mires a quién”, eso me decía mi madre y así quiso educarme. Me gusta la persona en la que me he convertido, aunque tengo q pulir muchos defectos, pero añadiría algo a la frase que solía decirme ella, y es, nunca esperes nada de nadie. “Ver, oír y callar”, supongo que esa es la clave.

Cría cuervos y te sacaran los ojos

Mi abuelo siempre dice que son los animales los que nos enseñan a vivir, y tiene razón. Claro que el lo dice por lo positivo del asunto. A mí, es algo que siempre me ha llamado la atención, por su increíble veracidad, solo hay que fijarse un poco.
En el reino animal, del que no estamos excluidos, son las hembras quienes cuidan a sus hijos, les consiguen alimento y los acompañan en su evolución, mientras el padre se encarga de proteger a la familia y mantenerla a salvo. Esto hoy lo vemos como algo muy machista, pero en realidad es simplemente que nosotras tenemos una asombrosa capacidad para estar en todo. Somos más compresivas, cariñosas y entregadas a los nuestros. Dejando al margen las típicas polémicas, esto es un hecho.
Otro ejemplo, este siempre se ha encargado mi abuelo de recordármelo, es que cuando eres pequeño, tus padres te buscan la comida y se ocupan de que no te falte de nada. Según vas avanzando te enseñan a defenderte en la vida, pero cuando creces y ya te han dicho todo lo que necesitas saber, te expulsan del nido, y has de valerte por ti mismo.
Aunque, en nuestro afán por apartarnos del reino animal, y crear diferencias, últimamente este punto es problemático. Eso sí, su incumplimiento, y sus consecuencias, verifican la teoría mentada. En el siglo XXI contamos con una generación de seres des oficiados, que, a pesar de haber pasado esa fase de cuidados y educación se niegan a salir del nido, o a proseguir su educación para poder salir pronto. Y, ¿Qué ocurre al tratar de romper las reglas naturales? Pues lo que nuestro entorno conoce como “ninis”, o como a mí me gusta llamarlos, “parásitos sociales”.
Podría seguir enumerando detalles, pero sería dar vueltas en círculos para llegar a la misma conclusión. Nuestros comportamientos no son distintos a los de los animales. A ambas partes nos gusta marcar el territorio, señalar lo que es nuestro. Los machos se disputan hembras en peleas, aunque gracias a Dios, la inteligencia humana hace que algunos hombres sean más dignos y no se dediquen a esas gansadas. En ambos reinos nos reunimos en grupos organizados para asegurarnos protección y existen quienes se ocupan de dar la cara por los demás ante amenazas externas… etc, etc.
Es cierto, aunque no queramos verlo, seguimos los mismos patrones de conducta, ayer, hoy, y siempre.
Lo triste de todo esto, y a dónde quería llegar a parar, es al último de los puntos. Ese en el que sí tenemos la obligación de tratar de diferenciarnos de los animales, y no, el hecho de ser los únicos idiotas capaces de tropezar dos veces en la misma piedra, no es diferencia suficiente, estoy hablando del final del camino, y de nuestro egoísmo innato. Hablo de ese momento en que, tras haber volado del nido y haber aprendido de tus padres todo lo necesario, creas tu propio nido, cazas tu propia comida y ya no los necesitas.
Llegados a ese punto, los animales no vuelven la vista atrás, una vez salen del lugar donde se criaron, no hay retorno. Ya están listos para el mundo, los padres hicieron su papel, y el ciclo vital continua.
Bien, pues muchos individuos, que se hacen llamar seres humanos, se niegan a establecer la única y más importante diferencia que sí hemos de tener, respecto a nuestros compañeros en este planeta, el amor y el eterno agradecimiento, hacia quienes lo dieron todo por hacer de nosotros lo que somos. Y aún en esto, algunas especies son más humanas que algunos de los nuestros, como los elefantes, por ejemplo. Pero bueno, yendo al grano, hoy ví como una mujer no trataba no con respeto no con especial cariño a su padre. No es la primera vez, ni será la última que vea algo semejante, y me repugna.
A diario veo como los padres dan todos los cuidados a sus hijos, a veces más de lo necesario. Mientras podemos sacamos cuanto somos capaces de ellos, intencionada o inentencionadamente. Y después, cuando no nos son necesarios… ¿qué? Les damos la patada, se vuelven cargas… esto es indignante.
No hace ni un par de semanas ví como una mujer trataba mal a su madre por haberse puesto a pedir un par de helados mientras la esperaba a que fuese por el tique del parquin. La señora era mayor, pero muy agradable, tardó en comprar y formó cola, obstaculizó un poco, quizás, pero nada incomprensible o de otro mundo, sin embargo su hija le riñó, le dijo que no se la podía sacar de casa, no dejó q pagase los xq decía que tardaba mucho, y, la pobre mujer sólo quería invitar a un helado a su hija.
¿Por qué? Es mi pregunta. ¿Llegados a la edad adulta nos da amnesia?, porque a mis padres no les ha dado nunca amnesia. Mi padre cuidó y se preocupó por mi abuelo hasta el ultimo día, y mi madre se desvive por mi abuela, y porque mi abuelo sea feliz.
Hoy, una joven trataba como a un estorbo a su padre, al que intentaba engañar, con la escusa de la caducidad del ticket del parking, para que no tomase un helado. ¿Quién le niega un helado a su padre?
Sí, los animales nos enseñan a vivir, cría cuervos, y te sacaran los ojos. Antaño se veneraba a los ancianos por su sabiduría, eran respetados, y piezas clave de la sociedad. ¿Qué ha pasado? ¿Cambiara esta situación, o el ser humano se volverá más ruin de lo que ya algunos son?

Impotencia

Hay momentos en que todo te desborda, te sientes ante un precipicio, en posesion de un problema, sólo tuyo y al que nosabes como enfrentarte. ¿Cómo afrontar algo que que se escapa a tu alcance?que no sabes ni como entender, o como asumirlo. Y lo que es peor, no tienes la menor idea de qué hacer para cambiarlo.
Tuve un profesor de filosofia que nos hizo una pregunta: "¿Qué es lo que le hace a una persona ser "ella misma"?, ¿Qué es lo que hace que siga siendo la misma de haces años, hoy?. El físico cambia, las actitudes cambian. Eso a lo que llamamos alma, nisiquiera sabemos qué es, o si existe, y los sentimientos de la misma, además, tambien cambian. Entonces, ¿porque yo, soy Raquel? la misma persona, pero... ¿qué es lo que hace que seamos los mismos, realmente?
Envidio la sonrrisa despreocupada de los niños. Cuando eres pequeño, todo es mucho más fácil. Ahora, aveces me siento abandonada, como si me hubiesen expulsado del nido con una patada, y obligado a volar en un acantilado, demasiado grande para mi.
Cuando crecemos, todo se hace tan complicado... De jóvenes, almenos, cuando te sientes superado, puedes descolgar el telefono y aparecerá un amigo que te escuche. Luego... no es que no se pueda, o que no vayan a estar, pero, todo es más complejo. Cada cual tiene su vida, su pareja, su trabajo, sus historias... es mejor no molestar, y ellos no acudirán por sí mismos. Despues de todo, ni son adivinos ni tienen tiempo para hilar señales y jugar a los detectives.
Y ¿Qué hacer entonces? cuando te sientes solo entre un monton de gente y, no sabes cómo afrontar cuanto te ocurre. en instantes en que... la desazón te embarga, y una tremenda impotencia, que es el peor de los sentimientos, te obstaculiza. una especie de vacio en el estomago te atraganta y, un eterno sin saber colapsa tu mente y tus actos.
Te gustaría cudir a alguien, decirle todo y más, pero... todos tienen su propia vida.

Hace unos días habría cabado así la entrada, pero, hoy la voy a continuar. Sí, este sentimiento es real, y por desgracia no tengo su monopolio. Probablemente todos nos hemos sentido así alguna vez. En mi caso, he de reconocer que soy un poco catastrofista y que en ocasiones no soy capaz de ver mas allá de la niebla. Pero, la cuestion es que, sí, crecemos, nuestras vidas se complican, y también las de nuestros amigos, ellos tienen sus propios problemas, y todo se vuelve mas díficil, pero, eso no significa que no vayan a acudir si los llamas, que no vayan a preocuparse si se enteran de que te courre algo. El gran problema es que nunca queremos dar ese paso, a ndie le gusta correr detras de los demas, y lo idílico es que tus amigos te noten preocupado te pregunten, y estén más pendientes de ti, sí. Pero la vida real no es una peli americana, así que, si nos sentimos desbordados, como decía melon diesel : "grita, hay un amigo muy cerca de ti".