miércoles, 24 de agosto de 2011

Cría cuervos y te sacaran los ojos

Mi abuelo siempre dice que son los animales los que nos enseñan a vivir, y tiene razón. Claro que el lo dice por lo positivo del asunto. A mí, es algo que siempre me ha llamado la atención, por su increíble veracidad, solo hay que fijarse un poco.
En el reino animal, del que no estamos excluidos, son las hembras quienes cuidan a sus hijos, les consiguen alimento y los acompañan en su evolución, mientras el padre se encarga de proteger a la familia y mantenerla a salvo. Esto hoy lo vemos como algo muy machista, pero en realidad es simplemente que nosotras tenemos una asombrosa capacidad para estar en todo. Somos más compresivas, cariñosas y entregadas a los nuestros. Dejando al margen las típicas polémicas, esto es un hecho.
Otro ejemplo, este siempre se ha encargado mi abuelo de recordármelo, es que cuando eres pequeño, tus padres te buscan la comida y se ocupan de que no te falte de nada. Según vas avanzando te enseñan a defenderte en la vida, pero cuando creces y ya te han dicho todo lo que necesitas saber, te expulsan del nido, y has de valerte por ti mismo.
Aunque, en nuestro afán por apartarnos del reino animal, y crear diferencias, últimamente este punto es problemático. Eso sí, su incumplimiento, y sus consecuencias, verifican la teoría mentada. En el siglo XXI contamos con una generación de seres des oficiados, que, a pesar de haber pasado esa fase de cuidados y educación se niegan a salir del nido, o a proseguir su educación para poder salir pronto. Y, ¿Qué ocurre al tratar de romper las reglas naturales? Pues lo que nuestro entorno conoce como “ninis”, o como a mí me gusta llamarlos, “parásitos sociales”.
Podría seguir enumerando detalles, pero sería dar vueltas en círculos para llegar a la misma conclusión. Nuestros comportamientos no son distintos a los de los animales. A ambas partes nos gusta marcar el territorio, señalar lo que es nuestro. Los machos se disputan hembras en peleas, aunque gracias a Dios, la inteligencia humana hace que algunos hombres sean más dignos y no se dediquen a esas gansadas. En ambos reinos nos reunimos en grupos organizados para asegurarnos protección y existen quienes se ocupan de dar la cara por los demás ante amenazas externas… etc, etc.
Es cierto, aunque no queramos verlo, seguimos los mismos patrones de conducta, ayer, hoy, y siempre.
Lo triste de todo esto, y a dónde quería llegar a parar, es al último de los puntos. Ese en el que sí tenemos la obligación de tratar de diferenciarnos de los animales, y no, el hecho de ser los únicos idiotas capaces de tropezar dos veces en la misma piedra, no es diferencia suficiente, estoy hablando del final del camino, y de nuestro egoísmo innato. Hablo de ese momento en que, tras haber volado del nido y haber aprendido de tus padres todo lo necesario, creas tu propio nido, cazas tu propia comida y ya no los necesitas.
Llegados a ese punto, los animales no vuelven la vista atrás, una vez salen del lugar donde se criaron, no hay retorno. Ya están listos para el mundo, los padres hicieron su papel, y el ciclo vital continua.
Bien, pues muchos individuos, que se hacen llamar seres humanos, se niegan a establecer la única y más importante diferencia que sí hemos de tener, respecto a nuestros compañeros en este planeta, el amor y el eterno agradecimiento, hacia quienes lo dieron todo por hacer de nosotros lo que somos. Y aún en esto, algunas especies son más humanas que algunos de los nuestros, como los elefantes, por ejemplo. Pero bueno, yendo al grano, hoy ví como una mujer no trataba no con respeto no con especial cariño a su padre. No es la primera vez, ni será la última que vea algo semejante, y me repugna.
A diario veo como los padres dan todos los cuidados a sus hijos, a veces más de lo necesario. Mientras podemos sacamos cuanto somos capaces de ellos, intencionada o inentencionadamente. Y después, cuando no nos son necesarios… ¿qué? Les damos la patada, se vuelven cargas… esto es indignante.
No hace ni un par de semanas ví como una mujer trataba mal a su madre por haberse puesto a pedir un par de helados mientras la esperaba a que fuese por el tique del parquin. La señora era mayor, pero muy agradable, tardó en comprar y formó cola, obstaculizó un poco, quizás, pero nada incomprensible o de otro mundo, sin embargo su hija le riñó, le dijo que no se la podía sacar de casa, no dejó q pagase los xq decía que tardaba mucho, y, la pobre mujer sólo quería invitar a un helado a su hija.
¿Por qué? Es mi pregunta. ¿Llegados a la edad adulta nos da amnesia?, porque a mis padres no les ha dado nunca amnesia. Mi padre cuidó y se preocupó por mi abuelo hasta el ultimo día, y mi madre se desvive por mi abuela, y porque mi abuelo sea feliz.
Hoy, una joven trataba como a un estorbo a su padre, al que intentaba engañar, con la escusa de la caducidad del ticket del parking, para que no tomase un helado. ¿Quién le niega un helado a su padre?
Sí, los animales nos enseñan a vivir, cría cuervos, y te sacaran los ojos. Antaño se veneraba a los ancianos por su sabiduría, eran respetados, y piezas clave de la sociedad. ¿Qué ha pasado? ¿Cambiara esta situación, o el ser humano se volverá más ruin de lo que ya algunos son?

No hay comentarios:

Publicar un comentario