sábado, 3 de marzo de 2012

Vacío del sinsentido

2012, el año que comienzo la universidad, y probablemente, el año que recordaré como aquel en el que se me manifestó la vida, al desnudo.

Nos creemos dueños del mundo, ignorando cuánto se nos escapa. No sabemos por qué estamos aquí, ni por cuanto tiempo.

Últimamente, cuando abro los ojos, cada mañana, tengo una sensación curiosa y difícilmente explicable. Despierto, observo mi cuarto, miro, y me digo: "tengo un día más".

Suelo hacerme muchas preguntas, que lo único que consiguen es aumentar mi impotencia, mi rabia y mi incomprensión, pues la certeza de que jamás tendré respuestas, me acongoja.

Ayer, viendo una película, me llamó la atención una frase: " En las maquinas nunca sobran piezas, si alguna está ahí, es por que tiene una función, del mismo modo, si el mundo es una gran máquina, y estamos aquí, ha de ser por un motivo". En fin, qué puedo decir, el ser humano tiene derecho a autoconsolarse.

En ocasiones, me paro a observarme, ¿alguna vez lo habéis hecho? es un gran ejercicio. Siempre he pensado que la cara es el reflejo del alma, y que, a diferencia de las palabras, nunca puede engañar. Creo que el cuerpo se moldea en función a nosotros, pero, estoy divagando..., lo que quiero decir es, que me miro, me toco, siento el montón de huesos que somos y que soportan nuestra maquinaria, y pienso, ¿soy esto? o ¿esto me permite ser?.

Tal como venimos nos vamos, lo sabemos desde el principio, es natural, pero cuando lo antinatural sucede, se quiebra la razón, el hilo que da mínimamente sentido a esto se rompe, y entonces, la vida toma una realidad distinta.

Un día, esto que somos, o esto que nos permite ser, dejará de funcionar. Ama a tu cuerpo, cuídalo, y disfruta de las sensaciones que te permite experimentar, pues mientras seas, es lo único que te demuestra que estás, y que eres.

Raquel Antúnez Durán.

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